Biología – Los robots BEAM se inspiran en la naturaleza, especialmente en los organismos “simples”, como las plantas, los gusanos y los insectos. A menudo se clasifican por su sistema principal de sensores: audiotropos responden al sonido, termotropos responden al calor, radiotropos responden a las fuentes de radio, etc.
Electrónica – Robótica BEAM requiere el diseño de circuitos inteligentes. A diferencia de los sistemas digitales en el que sólo hay que interconectar todos los pines de forma correcta y asegurarse de que sus tensiones van de alta y baja en los tiempos adecuados, los robots BEAM utilizan circuitos analógicos, que son más sutiles. Diseñar circuitos digitales es más como la programación de computadoras, mientras que el diseño de circuitos analógicos se parece más a la plomería.
Estética – La robótica BEAM es tanto arte como ciencia. Un diseño “que luzca bonito” no siempre es una prioridad para los ingenieros, pero el enfoque BEAM enfatiza la importancia de la apariencia. La estética pulida es una prueba de la madurez en los diseños BEAM. Un robot bonito ha sido diseñado y construido con gran atención en el detalle. Su forma es refinada, natural, eficiente, y una reflexión lógica de su función. La gente que los ve reconocerá su belleza y por ende quiere conservarlos, así la estética se convierte en una función de “supervivencia”, también.
Mecánica – A veces una solución mecánica es más barata, más fácil, o más robusta que una electrónica. Por ejemplo, en lugar de complicar un circuito con controles de motores electrónicos, los diseños BEAM suelen adoptar simples “hacks” mecánicos (como inclinación pronunciada de los motores o el uso de ruedas de pequeño diámetro) para regular la velocidad del motor.
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